PROYECTOS DE LEY SOBRE CREACIÓN
DEL SERVICIO DE BIODIVERSIDAD Y ÁREAS PROTEGIDAS
Y DEL SERVICIO FORESTAL
NUESTRA OPINIÓN
En el mes de enero recién pasado, el Ejecutivo ingresó al Congreso 2 proyectos de ley: uno por el cual se crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Silvestres Protegidas y el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas (mensaje N° 595-358) y otro que crea el Servicio Nacional Forestal CONAF (mensaje N° 596-358).
Las propuestas institucionales que dicen relación con la biodiversidad o diversidad biológica, por una parte, y los bosques y tierras forestales, por otra, son el principio del fin de CONAF, institución que a pesar de su naturaleza jurídica privada y su escaso presupuesto, desde hace más de 40 años ha sido vital en la protección preservación, conservación y desarrollo de la biodiversidad, áreas silvestres y especies de flora y fauna protegidas, bosques y tierras de aptitud preferentemente forestal en nuestro país, hecho éste reconocido nacional e internacionalmente, gracias al esfuerzo, sacrificio y mística de sus trabajadores. En consecuencia, dichas propuestas modificatorias a la institucionalidad de CONAF, han de afectar no sólo a ésta, sino que a las amplias materias que han sido de su competencia y por cierto también a sus trabajadores. Sin lugar a dudas, ésta es una noticia de primer orden, que genera inquietud y angustia, no sólo por las materias que abarca sino que también porque afecta el futuro de los trabajadores.
Llama la atención las inconsecuencias de ambos proyectos de ley, las que quedan de manifiesto en sus respectivos mensajes con que se presentaron al Congreso, debilidades que esperamos se diluciden en el debate parlamentario corrigiéndolas debidamente.
Por ahora, creemos que si ello no se corrige, se afectarán las actividades del nuevo Servicio Nacional Forestal propuesto, el que es inseparable de la biodiversidad en sus tres aspectos, variabilidad de ecosistemas, especies y dentro de las especies, y por decir lo menos, algún impacto, aún cuando no se quiera ver, habrá de tener en el desarrollo del sector forestal nacional. Las actividades sectoriales requieren reglas claras y estables así como un servicio sectorial que tenga tranquilidad en su accionar que conozca su presente y sepa como proyectarse, donde impere la tranquilidad y el conocimiento, minimizando al máximo la discrecionalidad administrativa de los actos que repercuten en el sector.
Lamentablemente, los aspectos enunciados no han sido los que han imperado en los últimos años. Más bien avala lo antes señalado, lo informado el año pasado en un seminario en el Congreso Nacional, por el Director del INFOR, cuando revisando las cifras de crecimiento de la actividad forestal señaló en esa oportunidad que el crecimiento de la actividad forestal en los 80 fue de 1,9%, en los 90 de 1,4% y actualmente 0,4%. Adicionalmente observamos que las últimas temporadas de plantaciones forestales han sido de las más malas de los últimos 40 años. Esta opinión no da para analizar otras cifras, pero si permite comentar que estas incertidumbres, están dando frutos, un deterioro lento y silencioso del rendimiento del sector, que nadie parece querer reconocer.
En este mismo seminario sobre la institucionalidad forestal, el Presidente del Colegio de Ingenieros Forestales, en relación a como la CONAF ha manejado el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), se preguntó si dicha gestión ha sido “ineficiente o insuficiente”, agregando que el presupuesto del Estado para administrar el SNASPE bordeaba los 7 millones de dólares al año, 70% va a personal y en definitiva cada hectárea recibía un gasto en protección equivalente a US$0,47. El Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos destina US$90 por há. Aún reconociendo la realidad de cada país, hay un abismo en los recursos de cada país en el ejemplo. Ante esa diferencia sólo cabe agregar que los 503 guardaparques que laboran en CONAF, tienen ganado el reconocimiento de la ciudadanía y el afecto por el trabajo que deben efectuar muchas veces con una pobreza casi franciscana.
Según el proyecto de ley presentado al congreso, el nuevo Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas se llevaría casi todo el SNASPE al Ministerio del Ambiente (excepto reservas forestales de vocación productiva maderera). Ello motivado porque hay que agregarle las áreas protegidas marinas y algunas áreas privadas terrestres en la que CONAF no tienen una interacción. Digámoslo así, CONAF maneja casi el 85% de lo que hay que proteger según datos del Colegio de Ingenieros Forestales. Luego para ese 15% que falta se propone llevarse todo a otro Servicio y a otro Ministerio, desarmando lo que existe e inventando algo nuevo.
Algunas ONGs dicen que el fomento productivo y la conservación son antagónicos y por ello debemos desmembrar a la CONAF. El Colegio de Ingenieros Forestales piensa distinto y estamos absolutamente de acuerdo en ello.
En declaración reciente la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo han declarado que "CONAF no solo controla lo que ocurre con los recursos vegetacionales dentro de las Áreas Silvestres Protegidas del Estado, sino también dentro de todos los bosques y terrenos de aptitud forestal en manos privadas. Por tanto no existe dispersión de potestades”, como plantea el mensaje Presidencial que acompaña la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. Agrega la entidad mencionada, y tienen razón en ello que, "resulta como irrisorio presentar el caso de las áreas marinas -muy en pañales en Chile- como prueba de la dispersión de potestades a las que alude el mensaje Presidencial. Trabajemos bien las áreas terrestres y asignemos los recursos a ellas, que no les hemos otorgado, y hablemos a continuación de ello, de áreas marinas. Sin lo primero lo segundo parece muy poco serio.
No debemos desaprovechar las experiencias alcanzadas, bastante se ha hecho con los pocos recursos y no vemos que a la nueva institucionalidad del Servicio de Biodiversidad se le vayan a aportar los recursos requeridos, que serán cuantiosos. El futuro se ve complejo para el Servicio Forestal y ha de impactar en el sector. Hoy cuando el Gobierno está empeñado en potenciar algunas tareas como es el compromiso de volver a plantar bosques en Chile a tasas significativas, ¿dónde está en estudio un nuevo cuerpo legal que revise el fomento forestal a las plantaciones, éstas tareas y otras exigen de CONAF mucha dedicación y claridad en el futuro? y es precisamente en el futuro donde más incertidumbre se presenta. Acá se aprecia, como la historia pasada, pareciera no habernos enseñado nada, ya que a pesar de vivir en un país de clara vocación forestal como es Chile, a juzgar por la presencia de las leyes en trámite legislativo, terminaremos avanzando en la dirección incorrecta, minimizando el Servicio Forestal, jibarizándolo, so pretexto de argumentos que parten de una discusión de dudosas realidades.
IVAN CASTRO POBLETE
Presidente Asociación Gremial de Trabajadores del Sector Forestal de Chile
Pronatura A.G.
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